Visados de oro: los riesgos de la comercialización de la soberanía europea Se conocen como visados de oro (Golden Visa) los programas de ciudadanía o residencia por inversión. En España, desde 2013, se concede la residencia a los extranjeros que compran inmuebles de más de medio millón de euros o invierten en deuda pública o en acciones o participaciones sociales. Es un procedimiento expreso: la resolución se realiza en 20 días, por silencio positivo y sin necesidad de vivir en el país; permite la reagrupación familiar y la libre circulación por el espacio Schengen. Las instituciones europeas y de lucha contra la corrupción recomiendan su supresión por diversas razones: el riesgo de corrupción y blanqueo de capital, el incremento de la desigualdad y los efectos nocivos en el mercado inmobiliario. El gobierno español ha anunciado, en abril de 2024, que eliminará a las Golden Visa (en la modalidad inmobiliaria) como medida contra la especulación, pero no hay noticia de que se haya avanzado en este tema. El presente artículo de opinión, escrito por quien fue presidenta de Transparencia Internacional Portugal, analiza los visados de oro en Europa, a partir de la experiencia en el país luso. Susana Coroado Universidad de la Ciudad de Dublín Debido a la crisis financiera de 2008-2010, varios países europeos crearon programas de otorgamiento de permisos de ciudadanía o residencia a cambio de inversión, también conocidos como visados de oro. El programa portugués es uno de los más conocidos y populares, especialmente entre las consultoras internacionales dedicadas a la migración de lujo y la planificación fiscal global. En 2023, a raíz de la grave crisis de la vivienda, el gobierno portugués anunció el fin de los visados de oro mediante la compra directa de inmuebles. Sin embargo, este cambio de ley no puso fin a los permisos de residencia para inversiones ni alteró en modo alguno los procedimientos de control de las personas físicas y la procedencia de los fondos invertidos. Es decir, los riesgos para el país y todos los estados de la zona Schengen se mantienen. En Portugal, a cambio de una inversión relativamente baja y de la obligación de permanecer en el territorio sólo 14 días al año, los titulares de visados de oro pueden circular libremente por el resto de países de la zona Schengen. Después de seis años, todavía se ofrece un fácil acceso a la ciudadanía portuguesa –y, por tanto, europea–, aunque el gobierno insiste en que no vende pasaportes, a diferencia de Chipre o Malta. En once años del programa, se han expedido 12.718 visados individuales, más 20.424 familiares agrupados, con un total de más de 33 mil personas, de las que el 42% eran ciudadanos chinos. Los más de siete mil millones de inversiones contribuyeron a la aparición de una industria de servicios –construcción de lujo, agencias inmobiliarias, despachos de abogados y consultorías– mercantilizando un instrumento de soberanía nacional, es decir, la facultad de otorgar autorizaciones para permanecer en territorio nacional. Los visados de oro en Portugal combinan graves riesgos y vulnerabilidades, tal y como han demostrado las evaluaciones nacionales contra el blanqueo de capitales o los estudios del Parlamento y la Comisión Europea. Riesgos porque programas de esta naturaleza crean incentivos y oportunidades para el blanqueo de capitales, la evasión fiscal y el crimen organizado, mientras que las autoridades y la ley portuguesa carecen del poder, los recursos ni la voluntad política para llevar a cabo los controles necesarios, dejando así a Portugal (y todos los demás países de la zona Schengen) vulnerables a prácticas criminales. Sin embargo, las diferentes reformas que los gobiernos han hecho en el programa, como respuesta a las controversias internas y a la presión de las instituciones europeas, no han tenido nunca la finalidad de mitigar estos riesgos. Casi el 90% de los visados emitidos de 2012 a 2023 se deben a la compra de inmuebles, a pesar de todas las demás opciones de inversión. La creación de empleo generó sólo 23 visados, esto es, menos del 0,2%. Invertir en bienes raíces es una de las formas de blanqueo de capitales más antiguas y conocidas. Además, éste fue el sector que presentó más vulnerabilidades en las evaluaciones de riesgos realizadas por las autoridades portuguesas en 2015 y 2019, que hacen referencia a la falta de procedimientos contra el blanqueo de capitales por parte de los agentes del sector y la incapacidad de supervisión de la agencia reguladora. Además: a pesar de que en 2017 se prohibieron por ley los pagos en efectivo de importes superiores a 3.000 euros, en 2021 se habían trasladado al sector 38 millones de euros en efectivo sin ningún informe de sanciones. Es decir, no se cumple la ley y ni siquiera las autoridades se preocupan de ello. Además, ya diferencia de otros países, por ejemplo, carece de obligaciones de lucha contra el blanqueo de capitales ni competencias para investigar el origen de los recursos, confiando en instituciones que por ley tienen estas obligaciones, entre ellas abogados e inmobiliarias. Las personas con visa de oro también pueden beneficiarse del Régimen Fiscal para Residentes No Habituales, que les permite pagar impuestos mucho menores que los residentes a tiempo completo. Además, tal y como advierte la OCDE, la circulación de estas élites que acumulan pasaportes y permisos de residencia en distintos países y se aprovechan de las dificultades de cooperación entre las autoridades fiscales crea zonas grises en materia fiscal y aumenta la evasión fiscal. Los riesgos y los impactos negativos de los visados dorados no se limitan a Portugal. Estos visados no sólo dan acceso a un país seguro y soleado, con playas maravillosas y buena comida. Además del acceso a todo el espacio Schengen, sin necesidad de consultar a otros Estados miembros, estos visados también abren las puertas al sistema financiero de la Eurozona. En las entidades bancarias, los controles contra el blanqueo de capitales son más sólidos cuando los fondos proceden de bancos fuera de la zona euro. Con una visa de oro, abrir una cuenta bancaria en un banco europeo o justificar transferencias bancarias desde fuera de la Eurozona hacia adentro se hace más sencillo. Todo ello facilita la inserción de fondos de origen ilícito o dudoso de terceros países en un sistema más fiable y legítimo como es el sistema de moneda única, permitiendo “blanquear” dinero sucio y situarlo en el sistema normal. A los críticos, los sucesivos gobiernos portugueses han respondido que Portugal no "vende la ciudadanía", sólo emite permisos de residencia y, pese a la presión externa e interna y las externalidades negativas evidentes, mantienen el programa. El fin de la inversión inmobiliaria no eliminó riesgos, sólo los trasladó a otros sectores o canales (aún es posible comprar propiedades a través de fondos financieros). Además, el actual gobierno ha estudiado la creación de una “visa solidaria de oro”, resucitando la opción de inversión inmobiliaria, pero ahora de cara a un alquiler asequible. Aún no se habla de los riesgos o cambios de procedimientos que fortalecerían los controles públicos y aumentarían la seguridad nacional y europea. El texto es una traducción al castellano del original portugués.